lunes, 4 de septiembre de 2017

La canción del fuego

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 Hay quien dice que ocurrió hace cientos de miles y miles de años, pero si no me equivoco, fue hace unos días. Mejor dicho; hace un mes y medio. 

 Era un día de penumbra, para uno y quién sabe si para uno más. Pero, '¿por qué no?' Y gracias a esa pregunta, se formuló el 'porque sí' al día siguiente. 

 Fue hace un mes y medio, y eso no es mucho, pero casi parece ayer.

 Hay quien dice que ocurrió hace cientos de miles y miles de años. Eso fue para todas esas personas, pero para mí fue hace unos días; mejor dicho, hace mes y medio.

 Ellos hablan del fuego.

 La creación más exótica que el ser humano conoció. Bueno, personalmente, la mejor creación para mí fue el beso, aunque nadie sabe cómo ni cuándo se creó, pero me gusta pensar que ya había una extraña conexión entre corazón, mente, alma y labios. Esta creación, el fuego, salvó la existencia humana. Si a un ser de las cavernas no se le hubiese ocurrido la flamante (y no mejor dicho) idea; nos hubiésemos extinguido, casi por arte de magia, como si nos hubiese tragado un agujero negro, como si perteneciésemos al espectáculo de un mago. Cero. Y sin despedidas. 

 Nadie le da gracias al fuego. De todas formas, ahora tenemos más recursos en caso de una extinción inminente. 

 Pero yo no hablo de eso. No, no. Aunque, gracias, fuego.

 Yo me refiero a hace un mes y medio.

 Eran las tres de la mañana en punto. Desvelado. Era una noche difícil, una noche de penumbra, para uno y quién sabe si para uno más. 

 No sé por qué, pero sabía que estarías contemplando las estrellas, o a ti misma, que en sí no crea mucha diferencia. Y entonces vino:

 "¿Por qué no?"

 Fue hace un mes y medio, pero parece que fue exactamente ayer. 

 Así fue cómo conocí al fuego. O mejor dicho, a la canción del fuego. 

 Dijiste que la música no era lo tuyo, pero creo que te equivocas rotundamente. Me recuerdas más a un acorde que cualquier otro instrumento, o a la primera tecla de cualquier composición de Chopin, o incluso al sonido de un crash de batería antes de entrar en un estribillo si te atreves a sonreír. Eres como un piano; las dos manos pueden parecer un descontrol, pero no sé cómo lo haces para llenarlas de calma, y conseguir con ellas una melodía. Una melodía formada a partir del tacto, aunque nunca tocada en un piano.

 Eres la canción del fuego que no todos los marineros, pero sí uno en especial, querría tocar incluso sentado en una pila de dinamita, sin miedo, sonriente. 

 Conocer a la canción del fuego fue como si, ese secreto que llevo casi diecisiete años esperando saber; el secreto más grande del universo, ya lo supiese.

 Pero claro, la duda que ahora surge puede ser:

 ¿cómo suena la canción del fuego? ¿Cómo es? ¿Qué escalas usa? ¿Es menor? ¿Es mayor? ¿Tiene un ritmo rápido? ¿O tal vez tiene un ritmo lento? ¿Quién la compuso? ¿Quién la interpretó? ¿Alguien la ha escuchado antes? ¿Se parece a otra canción famosa? ¿Es una buena canción para escuchar en el coche? ¿Es una buena canción para escuchar mirando la lluvia? ¿Es pegadiza? ¿Es de verdad una canción?

 Y, sinceramente, nunca podré responder a ninguna de esas preguntas,

 pero si una cosa tengo claro, y tan claro lo tendré siempre es que,

 a pesar de haberla escuchado poco,

 no podré olvidarla.

 Y así es cómo pasarán cientos de miles y miles de años y ellos hablarán del fuego, pero también pasarán cientos de miles y miles de años y yo hablaré de

 la canción del fuego. 







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