En la barca del barquero de la muerte,
no navegas.
En la barca del barquero de la vida,
no navegas.
En la barca del barquero de la pena,
no navegas.
En la barca del barquero que suspira,
no navegas.
En la barca del barquero herido e hiriente,
no navegas.
En la barca del barquero que no navega,
navegas.
Quizá deba dejar de ser barquero.
viernes, 27 de noviembre de 2015
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Yo de poesía no entiendo, así que no se que comentarte. jajaja.
ResponderEliminarUN beso. Sabes que te admiro.
La poesía no se entiende; se siente.
EliminarY muchas gracias por comentar siempre aquí :')