Os dije que vendría, y aquí estoy, incluso antes de que este año acabe -siempre aparezco al final, qué se le va a hacer-.
La verdad es que esta entrada viene para cerrar el año. Supongo que era de esperar.
Sinceramente, este no ha sido para nada mi año. Pero nada de nada. Y si alguno ha pasado un mal año también, no decaigáis, lo mejor siempre se hace esperar, y si no queréis esperar más, lanzaos a cogerlo. El destino natural de todos los seres humanos es la felicidad.
Pero... no todo ha sido de color negro. Por eso en esta entrada; voy a agradecer a todos los que han formado parte de este año. Pero lo agradeceré a mi manera. Ya me vais conociendo.
Y, antes de empezar, quiero animaros. No me gustaría saber que alguno de mis queridos lectores se siente mal leyéndome, porque mi mayor deseo es hacer feliz a la gente de una manera u otra. Por eso, quiero recordaros que siempre, siempre, siempre hay salida para todo. La cosa es tener suficiente fuerza para abrir la puerta y salir. Sonreíd.
Así que, empiezo.
Gracias a ti, por otro año más haciéndote cargo del caos y desastre que soy, como siempre.
Gracias a ti, por abrirte por primera vez y contarme cosas que nadie más ha querido.
Gracias a ti, por confiar tanto en mí y por dejarte confiar desde hace casi dos años.
Gracias a ti, porque aunque nos conozcamos de poco, hayamos entallado esta bonita amistad.
Gracias a ti, porque te echaré de menos, pero te recuerdo como una gran melodía.
Gracias a ti, porque aunque te hable poco, te recuerdo que me preocupo por ti, así que deja de fumar.
Gracias a ti, y que la música te acompañe siempre.
Gracias a vosotros, porque ahora ir en autobús cada viernes es una gran delicia.
Gracias a vosotros, porque hicisteis que las llamadas fuesen divertidas.
Gracias a vosotros, porque nunca me había interesado tanto el baile hasta que lo empezasteis.
Gracias a ti, por aparecer como una estrella fugaz y hacerte realidad como un deseo.
Gracias a ti, por enseñarme que el amor tiene un gran esfuerzo y que los obstáculos son lo de menos si se siente de verdad.
Gracias a todos vosotros, por hacer funcionar una idea y por prestarme vuestro tiempo.
Y sinceramente, doy las gracias a cada ser del planeta, por el hecho de seguir aquí otro año más. Y a los que se fueron; buen viaje.
Año nuevo, vida nueva, ¿no? Pues hagamos algo para que este año que entra nuestra vida sea realmente buena. Luchad, luchad y luchad.
Agradecer y perdonar son el camino para conseguir una vida placentera.
Y como ya he agradecido, ahora perdono a todos aquellos que provocaron un año menos brillante.
Así que, terminando con esta entrada:
Gracias a mí, por seguir luchando por aquello que realmente creo necesario en mis días y por no rendirme jamás de los jamases.
Y esta entrada no tiene más parafernalia, porque el último día del año no es para malgastarlo leyendo a una desconocida, ¿no es así, querido lector? Sal afuera, que el día te espera.
Por último, feliz año nuevo, que ya no nos leemos hasta el año que viene. Qué chispa de chiste, ¿eh, eh, eh?
Hasta la próxima, años nuevos.
Marilen (y la tilde invisible en la e)
Marilenendless@gmail.com
jueves, 31 de diciembre de 2015
martes, 22 de diciembre de 2015
Comunicado altamente especial únicamente para ti
Hola, bienvenido. No sabrás quién soy yo, pero eso es lo de menos. Me han nombrado como mensajera oficial de algo que, tú-ya-sabes-quién, quiere decirte.
Pues esta persona vino recientemente a mí porque, por lo visto, tenéis un gran vínculo que quiere resaltar y no sabe cómo. La verdad es que, con lo poco que he visto de esta persona y lo que me ha dicho que te comunique, puedo saber con certeza que le importas muchísimo, y que, claramente, a ti también te importa bastante.
Así que, recordando poco a poco todas las cosas que me dijo, hagámoslo ordenadamente.
Primero, me dijo que despejases la mente, ¿vale? Que no te extrañes por esto que estás leyendo, que sí, que va todo para ti, no hay equivocación de que va para únicamente para ti. Así que, léelo lenta y atentamente.
Ahora, tienes que pensar en cómo os conocisteis por unos minutos.
Recuérdalo todo.
¿Ya? Bien. Me dijo que por nada del mundo olvidará cómo os conocisteis en aquel bar... Oh, no, no, espera, no, vosotros no erais aquellos... Vosotros erais aquellos que os conocisteis por una red social, ¿no? O... tal vez erais aquellos que os lleváis conociendo desde la primaria... ¡Qué lío tengo con tantos mensajes que tengo que enviar! Vaya, qué vergüenza.
Aun así, tú lo recuerdas bien todo, ¿no? Eso es lo que importa.
Dice que nunca lo olvidará en la vida, que conocerte ha sido uno de los hechos más bonitos que ha podido vivir.
Se nota que te aprecia muchísimo. Espero que no le tomes como una broma, estaba a punto de llorar cuando me contaba todo esto que te estoy diciendo. Pero hay más. Mucho más.
Me dijo que no olvidaras cómo os conocisteis, de la misma manera que no quiere que olvides cuándo. Él no lo hará. También dijo que no olvidases todos vuestros momentos especiales, desde aquellas aventurillas vuestras -qué locos estáis los dos de berenjenal en berenjenal juntos, estáis que no paráis quietos con las locuras que hacéis- hasta aquellos días de lágrimas entre consejos y pañuelos -y que te recuerde que su hombro siempre estará seco para tus lágrimas, que no te preocupes si la próxima vez que os veáis lloras, que estará bien si después te sientes mejor-.
No olvides que le tienes ahí para todo lo que necesites, en las buenas, en las malas y en las regulares, y que no te preocupes, que le hace feliz que tú estés feliz y que, de alguna manera, pueda hacerte feliz.
Y eso no es todo. No quiere que olvides vuestras conversaciones, vuestros planes para el futuro, vuestras noches hablando... No quiere que olvides nada de todo esto. Sabe que no lo ibas a hacer, pero te lo pide por favor -recuerda que me lo dijo con las lágrimas a puntito de escapar-. Que le importas mucho.
Le importas muchísimo.
Es como si no le importase casi ninguna opinión ajena, pero la tuya... la tuya sí le importa. Y bastante. Y no sabe ni por qué.
También dice que tus problemas son sus problemas, que no te dejará resolverlos sin su ayuda o, como mínimo, su apoyo. Nunca te dejará solo. Por nada del mundo mundial.
Y... hay miles de millones de cosas que quiere seguir diciéndote, pero la más importante y la que le hizo casi volverse loco de emoción al decir es que te quiere, que te quiere muchísimo. Lo dijo con una sonrisa de oreja a oreja que te hubiese encantado ver. Era espléndida. Y que por nada -ya del universo- olvides que te quiere y te querrá por mucho más tiempo sin importar los obstáculos que pueda haber (dijo que no importaban las desigualdades de pensamientos que a veces tengáis o las pequeñas riñas, que las diferencias son hermosas y no son razón suficiente para que os separe).
Por favor, es la persona que más conoce de ti en todo este universo. Sabe tus vicios, tus virtudes, tus puntos fuertes, tus puntos flacos, cuándo tienes un mal día con solo saludarle, tus problemas, tus asignaturas favoritas y las que más odias, tu grupo de música favorito, qué quieres por tu cumpleaños, tus secretos más profundos que nadie más conoce, aquella marca de nacimiento... ¡Lo sabe absolutamente todo! Y tú sabes absolutamente todo sobre esta persona.
Te quiere.
Te necesita.
Pero... me dijo que por último te dijera que, si por alguna extraña razón casi imposible, vuestra gran relación cercana acaba, que no olvides nada. NADA. Que no olvides todos los días especiales, ni las noches de charla filosófica, ni aquellos chistes estúpidos que os contabais cuando uno de los dos estaba mal, ni la sonrisa del otro... que no olvides que esta persona sea la primera en felicitarte por tu cumpleaños a las 00:00, o que es el primer mensaje de la mañana, o que, si alguien intentase hacerte daño, éste le mata -y va en serio, que esto me lo dijo con navaja suiza en mano, que si alguien te hace daño estando él todavía en tu vida o no, no sale de esta-.
Dijo que nunca le olvides. Jamás de los jamases.
Finalmente, con una lágrima cayendo,
me dijo que te dijese que...
los recuerdos se guardan en pequeños cajones
que se pueden abrir siempre que uno quiera.
Y que...
al menos, no olvides en qué cajón le dejases.
Y eso, si algún día se te ocurriese olvidarle.
Pero no vas a permitir eso, ¿no?
Fin del comunicado.
Como soy una mensajera torpe, he olvidado el remitente de este comunicado, así que, si tienes problemas con decirle a aquella persona importante para ti (tanto en la amistad como en el amor) lo que significa para ti, puedes enviarle esta pequeña carta. Le hará muy feliz, te lo aseguro. Y a ti también te hará feliz ver sonreír a esta persona en la que has estado pensando mientras la leías, ¿eh, pillín?
Es un comunicado corto, pero que expresa mucho. Sobre todo para las personas con este vínculo. Nunca perdáis la cercanía de una persona con un vínculo tan fuerte, os lo dice ya Marilen, no ningún tipo de mensajera. Es genial tener a esta persona en tu vida. Por favor, cuidadlo todo lo posible.
Hasta la próxima, amistosos.
(Intentaré volver muy, muy pronto)
-Marilen (y la tilde invisible en la e)
Marilenendless@gmail.com
Pues esta persona vino recientemente a mí porque, por lo visto, tenéis un gran vínculo que quiere resaltar y no sabe cómo. La verdad es que, con lo poco que he visto de esta persona y lo que me ha dicho que te comunique, puedo saber con certeza que le importas muchísimo, y que, claramente, a ti también te importa bastante.
Así que, recordando poco a poco todas las cosas que me dijo, hagámoslo ordenadamente.
Primero, me dijo que despejases la mente, ¿vale? Que no te extrañes por esto que estás leyendo, que sí, que va todo para ti, no hay equivocación de que va para únicamente para ti. Así que, léelo lenta y atentamente.
Ahora, tienes que pensar en cómo os conocisteis por unos minutos.
Recuérdalo todo.
¿Ya? Bien. Me dijo que por nada del mundo olvidará cómo os conocisteis en aquel bar... Oh, no, no, espera, no, vosotros no erais aquellos... Vosotros erais aquellos que os conocisteis por una red social, ¿no? O... tal vez erais aquellos que os lleváis conociendo desde la primaria... ¡Qué lío tengo con tantos mensajes que tengo que enviar! Vaya, qué vergüenza.
Aun así, tú lo recuerdas bien todo, ¿no? Eso es lo que importa.
Dice que nunca lo olvidará en la vida, que conocerte ha sido uno de los hechos más bonitos que ha podido vivir.
Se nota que te aprecia muchísimo. Espero que no le tomes como una broma, estaba a punto de llorar cuando me contaba todo esto que te estoy diciendo. Pero hay más. Mucho más.
Me dijo que no olvidaras cómo os conocisteis, de la misma manera que no quiere que olvides cuándo. Él no lo hará. También dijo que no olvidases todos vuestros momentos especiales, desde aquellas aventurillas vuestras -qué locos estáis los dos de berenjenal en berenjenal juntos, estáis que no paráis quietos con las locuras que hacéis- hasta aquellos días de lágrimas entre consejos y pañuelos -y que te recuerde que su hombro siempre estará seco para tus lágrimas, que no te preocupes si la próxima vez que os veáis lloras, que estará bien si después te sientes mejor-.
No olvides que le tienes ahí para todo lo que necesites, en las buenas, en las malas y en las regulares, y que no te preocupes, que le hace feliz que tú estés feliz y que, de alguna manera, pueda hacerte feliz.
Y eso no es todo. No quiere que olvides vuestras conversaciones, vuestros planes para el futuro, vuestras noches hablando... No quiere que olvides nada de todo esto. Sabe que no lo ibas a hacer, pero te lo pide por favor -recuerda que me lo dijo con las lágrimas a puntito de escapar-. Que le importas mucho.
Le importas muchísimo.
Es como si no le importase casi ninguna opinión ajena, pero la tuya... la tuya sí le importa. Y bastante. Y no sabe ni por qué.
También dice que tus problemas son sus problemas, que no te dejará resolverlos sin su ayuda o, como mínimo, su apoyo. Nunca te dejará solo. Por nada del mundo mundial.
Y... hay miles de millones de cosas que quiere seguir diciéndote, pero la más importante y la que le hizo casi volverse loco de emoción al decir es que te quiere, que te quiere muchísimo. Lo dijo con una sonrisa de oreja a oreja que te hubiese encantado ver. Era espléndida. Y que por nada -ya del universo- olvides que te quiere y te querrá por mucho más tiempo sin importar los obstáculos que pueda haber (dijo que no importaban las desigualdades de pensamientos que a veces tengáis o las pequeñas riñas, que las diferencias son hermosas y no son razón suficiente para que os separe).
Por favor, es la persona que más conoce de ti en todo este universo. Sabe tus vicios, tus virtudes, tus puntos fuertes, tus puntos flacos, cuándo tienes un mal día con solo saludarle, tus problemas, tus asignaturas favoritas y las que más odias, tu grupo de música favorito, qué quieres por tu cumpleaños, tus secretos más profundos que nadie más conoce, aquella marca de nacimiento... ¡Lo sabe absolutamente todo! Y tú sabes absolutamente todo sobre esta persona.
Te quiere.
Te necesita.
Pero... me dijo que por último te dijera que, si por alguna extraña razón casi imposible, vuestra gran relación cercana acaba, que no olvides nada. NADA. Que no olvides todos los días especiales, ni las noches de charla filosófica, ni aquellos chistes estúpidos que os contabais cuando uno de los dos estaba mal, ni la sonrisa del otro... que no olvides que esta persona sea la primera en felicitarte por tu cumpleaños a las 00:00, o que es el primer mensaje de la mañana, o que, si alguien intentase hacerte daño, éste le mata -y va en serio, que esto me lo dijo con navaja suiza en mano, que si alguien te hace daño estando él todavía en tu vida o no, no sale de esta-.
Dijo que nunca le olvides. Jamás de los jamases.
Finalmente, con una lágrima cayendo,
me dijo que te dijese que...
los recuerdos se guardan en pequeños cajones
que se pueden abrir siempre que uno quiera.
Y que...
al menos, no olvides en qué cajón le dejases.
Y eso, si algún día se te ocurriese olvidarle.
Pero no vas a permitir eso, ¿no?
Fin del comunicado.
Como soy una mensajera torpe, he olvidado el remitente de este comunicado, así que, si tienes problemas con decirle a aquella persona importante para ti (tanto en la amistad como en el amor) lo que significa para ti, puedes enviarle esta pequeña carta. Le hará muy feliz, te lo aseguro. Y a ti también te hará feliz ver sonreír a esta persona en la que has estado pensando mientras la leías, ¿eh, pillín?
Es un comunicado corto, pero que expresa mucho. Sobre todo para las personas con este vínculo. Nunca perdáis la cercanía de una persona con un vínculo tan fuerte, os lo dice ya Marilen, no ningún tipo de mensajera. Es genial tener a esta persona en tu vida. Por favor, cuidadlo todo lo posible.
Hasta la próxima, amistosos.
(Intentaré volver muy, muy pronto)
-Marilen (y la tilde invisible en la e)
Marilenendless@gmail.com
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