miércoles, 15 de junio de 2016

Un nuevo amanecer


 Fue en la noche en la cual
el arte suspiraba entre
los bares y avenidas;
 la noche en que la luna estaba llena,
pero se sentía sola.

 Negabas tu música hacia mí,
y yo solo quería
hacerte arpa.

 Llegué con el corazón
en el dedo índice,
indicando campanas.

 Sabías que era yo.

 Y ellos sabían 
que sería yo
quien llamara esa noche.

 La red de sonrisas que habíamos tejido,
como por un cristal de cuadro roto,
se cortó.

 Para evitar la rápida tristeza,
no fuimos Romeo y Julieta,
sino tú;
un balcón suicida,
proponiéndome saltar.
 Y yo;
un felpudo viejo,
que no podía moverse.

 Y tú no saltaste,
y yo no me moví,
pero qué felices fuimos.



 Bueno, bueno, qué sorpresa, ¿eh? -Comienzo con un poema amistoso escrito en diez minutos para que me perdonéis esta huida en combate de tres meses-. Sí, pondré la misma excusa que siempre; he estado ocupada. Pero esta vez tan ocupada que he estado incluso en otro país. Pero no hay problemo que exista, que se avecinan unas tormentas bastante completas de poemas, entradas y cualquier cosa que pueda aparecerse.

 El título, como veis, es -para dar una motivación antes de volver a desaparecer- para que notéis que me voy a quedar. Al menos durante meses. Así que, no os preocupéis, que Marilen (y la tilde invisible en la e), todavía no se ha tildado, y se queda por más tiempo.

 Hasta la próxima, amaneceres.
 -Marilen (y la tilde invisible en la e).

Marilenendless@gmail.com